lunes, 14 de diciembre de 2015

XXIII




XXIII



Quietud y Diferencia in

A Javier Krahe,
topo consciente, siempre.



Hace ya mucho tiempo,
desde el momento que sentí
que compartía vida y muerte
con casi todo en la Tierra,
si exceptuamos piedras y mares,
que no puedo mirar con indiferencia
pero sí inquietud,
a insectos y otros bichos,
como ese topo, que no ve,
 y come tierra,
forma una familia y cría hijos.
¿Quién puede afirmar
que no tenga planes y frustraciones?
¿Quién, que no llegue un día
en que al morir lo haga satisfecho,
porque al fin y al cabo
no le ha ido tan mal?
¡Un topo!
Sí, un topo.
Que cada día en su pequeño cubículo,
prepara su vida y hace planes.
Sale a trabajar y tiene amigos
con los que bebe en bares modestos,
entre calles acosadas por rascacielos ajenos.
Cuesta, desde el palacio, imaginar eso
y aceptar que también allí
hay risas y esperanzas.
Algunos de esos bichos,
como las mariposas,
raramente pasan de vivir más allá
de una semana.
Y sin embargo que frágiles y alegres
vuelan.
Peros es así.
Cuesta trabajo pensar
que se trata de tu palacio,
topera para otros.
Siembra quietud y diferencia in,
o algo así.
Pero en esa dirección.

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