XXIX
Habitación
Candelabros clamando.
Percheros guardianes.
Armarios que se
abrazan.
Sillas sentadas.
Cama que se ofrece.
Ventana curiosa.
Lámpara equilibrista.
Puerta que habla.
Una mirada de amor da
paz.
Una camisa guardada.
Un abrazo
auspiciador.
Unas nalgas
aplastadas.
Una piel que se
esponja.
Una vida extraña,
fuera.
Un teatro de riesgo.
Unas frases ocultas.
No hablo de ningún
momento en particular.
Las habitaciones
están, somos nosotros quienes las despoblamos.
Se están quedando sin
gente. Sólo se quedan los más viejos.
La gente joven, mientras se mantiene en pie,
se va a los salones.
Esto no puede seguir así,
hay que crear más puestos
de trabajo en las habitaciones,
que los jóvenes no abandonen
también
este otro mundo
rural.