miércoles, 28 de agosto de 2019

CXXXII



CXXXII



Brasa
(Elogio de la palabra)
sufrir para labrar
el sitio de la brasa

 Ida Vitale


Allí donde hubo un fuego voraz,
todo fuego
es un escorpión sediento
que pica en medio del rio,
está en su naturaleza,
para hundirse y agostarse, queda una brasa.


Te abrasa un fuego
y no supiste ver la llama
que te abrazaba cálida y etérea,
quemándote en su recuerdo.
No hay manera de dosificarla,
viene del fondo del misterio
y se va aniquilando quemando.
Sólo se trata de soportarla,
sin posible graduación.


Aún hay más,
que tiene que saltar a otros mundos
la brasa y ser esa voz
que te admoniza, advierte,
voz de mil voces,
que conforma la llama del consejo,
aliento de mil seres,
que te amaron o no, te vieron
y quisieron, como fuego que eran,
darte la brasa.
La brasa llegó a la luna
en el cohete del lenguaje.


domingo, 4 de agosto de 2019

CXXX y CXXXI


CXXX

La vida, otra vez

La vida te va
empujando siempre,
sin una puta explicación.
Lo siento, el exabrupto
ha sido inevitable.
Porque la vida sabe
que el final no es muy amable.
Porque la vida recibe órdenes,
a ciencia cierta,
no se sabe bien de quién.
También a ella la empujan.
¿Y si fuese todo
el universo
un juego de muñecas ruso?
Si fuese así,
Dios sería ese pedacito de madera,
casi informe,
insignificante,
que hay al fondo de la serie,
que, solo,
no tiene ningún sentido.

 

CXXXI


Tormenta

Te asomas a la ventana,
las hojas de los árboles
platican apaciblemente,
fuera una suave brisa se lleva la tarde.
Puedes sentir el olor a piel
que se esfuma, mientras su cálida
voz te mece.
Te asomas a la ventana,
las hojas de los árboles
discuten acaloradamente,
se empujan entre ellas,
alguna cae.
Fuera el viento sopla con fuerza
y sin orden ni concierto,
hay nubes negras esperando.
Su voz airada reclama su parte, acaloradamente.
Estamos acompasados, te consuelas.
Y es que el mal tiempo
siempre encrespa los ánimos.