viernes, 27 de mayo de 2016

XL





XL


Misión cumplida


Cuando nació su hijo número veinticinco,
Anuncia ya no era
más que un puro y simple trozo de naturaleza.
Ya la noche que su marido la inseminó
no eran los dos, más que
volcán y fuego,
río y lecho,
viento y hojas.
Así se quedan las mujeres
que han cumplido su destino.
Así actúan los hombres
que cumplen el suyo.
No había nadie,
conocido,
ni en la provincia,
ni en el país,
que tanto hubiera hecho
por la vida, como ellos dos.
De dos, veinticinco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario