domingo, 20 de septiembre de 2015

XII



XII

Miórbita

Los ríos lentos,
los mares cercados,
las montañas nunca nevadas,
un sol inamovible,
como ya sabemos,
que a algunos costó el fuego,
porque nosotros no nos movemos.
Lo cual no es menos cierto,
pues nuestro corazón es más que nuestro sol,
es nuestro los,
los demás a su sombra
o girando en su Miorbita.

Una luna que pasa rauda
por encima
cada minuto.
Es decir, otro mundo.
Y el deseo de ir de la mano,
imposible,
a pesar de las flechas, Cupido.
Newton lo quiso explicar y le quedó
la ley de la gravitación universal.
Y así ahora le llamamos amor
cuando solo es gravedad.

Entre medias, el viento, inquieto, fiero,
como si nunca  se cansara.
¿Cómo es el viento cuando no sopla?
¿Y dónde estará?
Ahí me quedaría yo,
en ese otro mundo, vivo,
no como ahora,
como los ríos lentos y los mares cercados, extraño, raro, en ese mundo,
donde el viento descansa.

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