LVII
¿Qué pinta aquí Hopper?
Alguien
acaba de partir,
alguna
noticia parte nuestro corazón.
No
somos fuertes,
nada
sin la barra de los bares,
guiñapos
derrumbados en tumbonas,
apenas
soplos de vida acodados
en
somieres aún apretados
que
roban las esencias de nuestra existencia.
Los
puentes, los faros, la casona,
las
calles, las rocas, la mies.
No
estamos allí,
nos
hemos ido a los bares, las estaciones,
alguien,
solitario en una habitación,
ha de
venir.
Y por
eso,
está
todo el mundo esperando.
Esta
situación es insostenible,
hablando
del trabajo,
hablando
del tiempo,
cargados
de otras opiniones,
dicen,
confesiones,
pero
sólo te puedo decir
-Anoche
soñé que era un maniquí
y no
puedo hablarte
de los pasos
secos de los sueños.
Si
llueves, si lloro, agua,
si te lamentas
mis pasos siempre son secos, agua.
¿Es que
hay algo que te interese?
¿O vas
a salir corriendo
por
todo ese mundo vacio
en el que
no estamos?
¿Te
lanzarás por fin de cabeza contra la ausencia?
Está el hombre esperando, y vio que estaba
solo,
y entonces
la mujer también esperó.
La
mujer esperó al hombre.
El hombre
sólo esperaba.
Si la
mujer
espera
al
hombre y el hombre no sabe lo que
espera,
la
mujer no sabe lo que
espera.
Son las
estúpidas que siempre piensan
que
volverán cuando andan por los bares
o se
quedan en las oficinas,
haciendo
algo rutinario,
para no
acudir a la cita, como un saltador al borde
del vacío.
Leen,
toman café, hablan entre sí,
mientras
tu dictas y tienes en mente una casa gris,
una
amante resignada,
un
perro atento y la hierba agostada.
A home.
Ella se
quiere ir
pero tú
sólo quieres dictar.
Tu
coartada.
Al
principio tenía gracia
era
como un trabajo con su recompensa,
después
te quedabas relajado,
relajado
y triste, como si te hubieran despojado.
Puedo
ser que ahora lleguemos más rápidamente
a
cualquier lugar,
que sea
más cómodo nuestro vivir,
pero
siempre estamos soslayando lo importante.
Si
llueve deja que llueva, no lo menciones, no llores,
sólo di
cómo te sientes.
Si eres
feliz, si la soledad te molesta,
si vas
a venir a follar,
si
sabes lo que quiero de ti, lo que sea,
lo que
sea, di sólo como te sientes,
pero no
digas nada de la lluvia, ni de mis lágrimas.
Sobre todo si está lloviendo,
que
parece que alguien por fin se acuerda de ti.
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