miércoles, 8 de agosto de 2018

CXIV


CXIV


Los prototipos

Era una mañana deliciosa.
Salí con mi hijo a pasear,
le estuve diciendo
que lo mejor es que las cosas costasen,
así luego el placer era mayor.
Le puse el ejemplo de los animales,
los irracionales, no nosotros.
No se andan con zarandajas,
todo les cuesta,
por eso cuando se lanzan,
lo hacen con fruición,
sobre lo que sea.
Viven, simplemente, hijo.
Aquel mismo día, de tarde,
por las teles
salió nuestro presidente,
negando ser un corrupto
y un mentiroso,
cuando todas las pruebas lo condenaban.
¿Con algo así cómo se puede luchar?

De mañana, recién levantados,
cuando la escarcha hace de papel
en los cristales,
mi hija dibuja mariposas que sólo yo veo.
Así que cuando damos un paseo,
le hablo de la necesidad de ser como se es,
de no hacer daño,
no al menos conscientemente,
no a menos que sea en defensa propia.
Le muestro las bellotas,
tan perfectas, en el suelo,
como una eyaculación,
y le digo
la encina hace el amor
con la Tierra
y deja caer gotas de bellota.
Por la noche en la televisión,
dan la noticia de que uno que es obispo
ha estado amargando
la vida para
siempre
de no sé cuántos
niños,
una animalada de número.
¿Con tipos así cómo se puede hacer algo?

He ido al vecino
con la intención de juntos
ver de convencer
a la comunidad
de no tirar papeles
en los lugares comunes,
no por nada,
porque es una marranada
y hay que dar ejemplo.
Pero no sé cómo
estamos hablando de un general
que tiene amantes, borracho
y que está dispuesto
a declarar la guerra.
¿A quién?
No se sabe.
Sólo declarar la guerra.
Se ve que es muy infeliz.
Total, que esta mañana,
al salir,
me he resbalado
al pisar un papel sucio de grasa
y el general no estaba.
¿Cómo ha llegado ahí ese tipo?

Lo que más temo,
es que a ellos, mis hijos,
mis vecinos, yo también,
nos vaya la vida
de esa manera que llamamos
“exitosa”
y consigamos ser unos
grandes tipos.

Así, de esa manera,
¿Cómo se puede hacer algo?

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