CXXX
La vida,
otra vez
La vida te
va
empujando
siempre,
sin una
puta explicación.
Lo siento,
el exabrupto
ha sido
inevitable.
Porque la
vida sabe
que el
final no es muy amable.
Porque la
vida recibe órdenes,
a ciencia
cierta,
no se sabe
bien de quién.
También a
ella la empujan.
¿Y si
fuese todo
el
universo
un juego
de muñecas ruso?
Si fuese
así,
Dios sería
ese pedacito de madera,
casi
informe,
insignificante,
que hay al
fondo de la serie,
que, solo,
no tiene
ningún sentido.
CXXXI
Tormenta
Te asomas a la ventana,
las hojas de los árboles
platican apaciblemente,
fuera una suave brisa se
lleva la tarde.
Puedes sentir el olor a piel
que se esfuma, mientras su
cálida
voz te mece.
Te asomas a la ventana,
las hojas de los árboles
discuten acaloradamente,
se empujan entre ellas,
alguna cae.
Fuera el viento sopla con
fuerza
y sin orden ni concierto,
hay nubes negras esperando.
Su voz airada reclama su
parte, acaloradamente.
Estamos acompasados, te
consuelas.
Y es que el mal tiempo
siempre encrespa los ánimos.
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