martes, 11 de agosto de 2015

II



II

He conocido a un hombre
que me ha contado:
“Cada noche lo olvido
todo y a la mañana
siguiente
consigo
verlo
todo como si fuera la primera vez”.
Soy feliz, concluyó.
Y lo creí. Por sus ojos.
Le dije, yo quiero eso.
Me miró.
Es doloroso, muy doloroso.
Le dije, entonces, si es doloroso, ¿cómo
puede ser feliz?
Y pasó que acabada de hacer la pregunta,
entendí.

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