XXVI
Elogio de los peones
(Revolución)
Estas cosas, no sé por
qué,
cuando pasan aquí,
ya hace tiempo que
pasaron en China.
En unos arrozales,
los hombres agachados
son tan numerosos
como las espigas.
El hijo recrimina a
su padre que jueguen al ajedrez
sin peones.
Están en este momento
recogiendo nuestro arroz,
dice el padre, no lo
olvides.
Frente a unas
murallas,
unos generales se
lamentan,
de que una enfermedad
haya eliminado
a todos los
guerreros,
de uno y otro bando.
Así capitanes,
tenientes y coroneles
habrán de dirimir la
batalla.
Sin posibilidad de
estrategia,
se lamentan.
Hoy, eso ya se sabe,
y todo el mundo hace
lo posible
para que nunca falten
en los tableros
esa primera fila tan
necesaria,
tan relevante.
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