jueves, 6 de octubre de 2016

L, LI y LII



L

Sed de qué

A veces leo poesía
como quien bebe agua.
Si vienes y me preguntas,
¿Qué has leído?
Te diré,
no lo sé,
pero ya no tengo sed.





LI

Otra piedra

A Yves Bonnefoy,
a quien tanto impresionaron, también,
las piedras.


¡Qué envidia me da la piedra!
Allí dónde la pones,
allí se queda.
Podrán moverla de mil maneras
pero su voluntad permanece
pétrea.




LII

La niña

Cuando sale el Sol,
la niña se me encoge.
Si está nublado,
la niña se me abre de par en par.
Ante la luz artificial,
la niña se cuadra,
se pinta y se adereza.
¡Yo qué sé que puede llegar
a hacer la niña!
Pero mis ojos, su casa,
no la pierden
de vista.

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