lunes, 29 de julio de 2019

CXXIX


CXXIX

Deudas
Adeudo todo
pero dejadme que explicite.


Adeudo cada mínimo gesto,
la voz, los sueños, las ansias de libertad,
los primeros besos y los otros también.
No sé quién es el amo de cada uno
de mis asuntos pendientes,
les impongo trajes de organdí, para sacarlos
del tiempo y así descansar.
Pero al respirar, huelo los jazmines
de mi jardín y pagador puntual
vienen a mi mente aquellos a los que debo
el aire, los olores,las hierbas.
Y no sé dónde están.
Así voy convirtiendo cada cosa, cada suceso
en mero altar.
 Ansío, desde hace tiempo, tener algo mío.
He buceado en mi vida, en la de los otros,
en lo que me cuentan
y sólo encuentro una terrible posibilidad
de tener algo que no adeude
 No puedo decirlo. Si lo hago
 alguien exigirá derechos de propiedad
y entonces será el final.
No podré tener nunca nada mío.
A veces lo olvido, pero los demás,
los demás me lo recuerdan.
No porque lo digan, porque están.
Soy yo, deudor irredento.
Aunque ahora, tengo algo que será mío.
Se verá.
Sólo mío.

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