sábado, 14 de septiembre de 2019

CXXXIII



CXXXIII


Andén abandonado

Mejor puerto desierto,
andén abandonado

Ida Vitale


Tantas cosas han pasado por mi,
algunas sin tan siquiera esperar,
otras no volvieron.
El amor primero se adelantó y
se perdió la primera maleta en mí,
tanta gente esperando y
yo viendo cómo partían.
Me puse y ya había viajeros
esperando.
¿Qué es esto de la vida que pasa?
¿Es puntual?
Se retrasa, se adelanta, nunca
se sabe, hay que estar.
A veces viene cargada y
entonces es un sin parar,
o es mercantil y desde
su acorazada presencia ni mira
las caras de los que se quedan.
Una vez una viajera se quedó
dormida en mi hombro, en un viaje que
pareció una vida,
cuenta un viajero.
Oigo tantas cosas que
quedaría.
Por ejemplo: Se ven muchos
andenes abandonados, me dicen
algunos viajeros.
Es lo que sé pero no puedo ir.
Tengo mi estación y sin mí, ella
no es más que una casa, un palacio,
un parque, una fábrica…
Además entre andenes…
Un puerto desierto hubiera sido
mejor, más misterioso y sugestivo,
que sobre/bajo el agua, que sobre/bajo la tierra.
Se está más apretado
y casi no se puede respirar.
Te llega el agua que se filtra
y no hay aire esperándote.
Puertos desiertos,
andenes abandonados de cualquier modo…
las malas hierbas creciendo,
ya no pasan ni los niños en bicicleta…
que es lo último que deja de pasar…
porque aún no cogen trenes.

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